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LAS CAMPANAS DE MADERA

 

Comunicación presentada en el IV Encuentro de Cofradía de Semana Santa de Zaragoza.

 

AUTOR

D. MANUEL LOPEZ CALVERA.

Hermano Mayor de la Cofradía 1973-1997

 
          

            Desde los tiempos más remotos, el hombre en su evolución, en su necesidad de comunicarse ha utilizado los más diversos instrumentos, confeccionados con los variados materiales que le proporcionaba la naturaleza: cañas, piedras, huesos, maderas, etc. Todos ellos y de acuerdo con la habilidad de sus artesanos y la funcionalidad de su destino eran empleados en sus celebraciones rituales, juegos infantiles, alegrías y tristezas e incluso para trasmitir un mensaje determinado y para convocar al pueblo para celebrarlo.

             Hoy el progreso y la técnica han revolucionado los instrumentos de comunicación humana pero no han modificado su espíritu: proclamar por medio de cierta música un mensaje determinado, convocando a la participación.

            Toda clase de instrumentos son conocidos en parte o en su totalidad por las diversas culturas del planeta, y en lo que atañe a nuestro Aragón, existen pluralidad de ellos que rescatados del olvido se va extendiendo su uso y reconocimiento como cultura de nuestros ancestros.

             Objetivo de esta comunicación es dar a conocer la vigencia y uso de la Matraca en la Semana Santa de Zaragoza, que aunque generalmente conocida por la seriedad y austeridad de sus desfiles procesionales y el sonido de sus tambores, bombos y timbales, también se escucha la musicalidad de trompetas, carracas y matracas.

             Antes de hablar de Matracas, las Campanas de Madera, bueno será testimoniar su origen y el significado de sus nombres, para posteriormente hablar de sus usos.

 

             MATRACA.- Del árabe "MITRAQA", que literalmente significa "Martillo", de "Taraq" golpear. También rueda de tablas, con badajos de madera entre las paletas, golpeadas fuertemente producen un sonido fuerte y característico, usándose para significar el terremoto final de las "Tinieblas" en los Oficios de Semana Santa.

 

            El nacimiento de la Matraca, según los expertos en la Historia, parece remontarse a los siglos XII o en el XIII en su principio, siendo los pueblos orientales los primeros en su utilización, por contraposición a las campanas en sus manifestaciones religiosas y festivas.

            Es interesante señalar que las matracas las han empleado compositores afamados en algunas de sus obras musicales, así pues encontramos sus sonidos en La Victoria de Wellington de L. Van Beethoven, en Sinfonía de los Juguetes de Haydn, en Till Eulenspiegel y Don Quijote de R. Strauss, en El Niño y los sortilegios de Ravel y más recientemente en Marcha de la Semana Santa de Zaragoza de Abel Moreno Gómez.

            En los Monasterios Cristiano-Ortodoxos, en el Rito Siríaco, se golpean panderos, címbalos, tabletas y martinicas después de la consagración del Pan y el Vino, siendo durante los cuatro ayunos o cuaresmas cuando hace las veces de campana un instrumento de madera llamado Simandra, consistente en una recia madera sujeta con la mano por la parte central y golpeada con un mazo de madera, o suspendida del techo e igualmente golpeada con un mazo.

            Otrora, cuando las reglas de la Liturgia de la Iglesia eran más estrictas y severas, durante la Semana Santa o Tiempo de Pasión se cubrían crucifijos y altares con paños morados representando el acto de sustraerse Jesús al furor de sus enemigos en el llamado tiempo de Repositos ó Absconditus, significando que durante este tiempo Nuestro Señor había ocultado su divinidad y se había dejado prender, torturar y crucificar como si fuese simplemente un hombre y culpable; enmudecidas las campanas, los altares despojados de sus vestiduras, las imágenes ocultas por sus velos morados, se imponía el silencio, el recogimiento y la ausencia de notas y cánticos musicales que denotasen alegría durante la Semana de Pasión, hasta la gran explosión de júbilo en la Pascua de Resurrección.

            Preceptivo que no sonasen las campanas, se realizaba un toque al inicio de la Semana Santa como si fuese un repique especial de primera clase y después se pingaban las campanas, es decir se dejaban atadas en posición horizontal con la boca o copa hacia el exterior de la torre, a fin de que se viese bien desde abajo y su claro significado. A este acto se le denominaba "Matar las Campanas", sustituyendo su sonido por grandes Matracas llamadas de Campanario.

            Para anunciar los acontecimientos y celebraciones litúrgicas, los muchachos de nuestros pueblos y ciudades de Aragón, recorrían por tres veces las plazas y calles haciendo sonar sus matracas, invitando con sus sonidos a la participación activa, gritando ¡A Misa!, ¡A la Hora Santa!, ¡A los Oficios!, aunque en realidad y aprovechando el estruendo de sus instrumentos solían deformar sus palabras de manera infantil y sin malicia diciendo:

            ¡A Misa que se te quema la camisa! ¡A la Oración que se te quema la ración!

            ¡A Misa con la camisa! ¡A Maitines con calcetines! ¡Al Rosario con el escapulario!

 

            El Oficio de Tinieblas son los Maitines y Laudes en el último triduo de la Semana Santa, y se llaman de tinieblas porque los oficios nocturnos del Jueves al Viernes Santo, se celebraban en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma, a oscuras, con una sola luz y del Sábado al Domingo de Pascua.

            Se preparaba el "Tenebrario", candelabro triangular con quince velas, que eran encendidas al dar comienzo el Oficio de Tinieblas. Con las luces apagadas se iban leyendo series de tres salmos, con sus respectivas series de tres lecciones, apagándose velas sucesivamente conforme a las lecturas, leyendo primeramente las de los Trenos de Jeremías en los que se lamenta el Profeta, llamando a la penitencia en el estribillo final: "Jerusalén, Jerusalén, conviértete a tu Dios y Señor". Las lecciones del segundo nocturno son comentarios de San Agustín, siendo las terceras de San Pablo relatando la Cena del Señor y después la Meditación de Cristo Sumo Sacerdote de la Ley. Seguidamente los laudes y el cántico final del Benedictus, la antífona "Cristus factus est " y el Salmo 50, Miserere a manera de Preces finales.

            Leídas cada grupo de lecturas, se iban apagando las velas del Tenebrario, culminando al finalizar las preces, con el celebrante, sacristán o monaguillo escondiendo y apagando la última vela, signo de la muerte y enterramiento de Jesucristo.

             Era el momento esperado por todos los asistentes a las "Tinieblas" para producir un estruendoso estrépito, haciendo sonar las matracas, golpeando con pies, piedras, mazas, mazoletas y cuanto encontraban, en bancos, tarimas y confesionarios, con la finalidad, puramente simbólica de rememorar el estremecimiento de la naturaleza entera al morir su Creador, pasando seguidamente a un silencio sobrecogedor.

             El Evangelio de San Mateo, capítulo 27, versículos 51 al 56, nos dice: 

            “La cortina del Templo se rasgó de arriba a bajo en dos partes, la Tierra tembló y se hendieron las rocas, se abrieron los monumentos y muchos cuerpos de santos que dormían resucitaron, y saliendo de los sepulcros, después de la Resurrección de Él, vinieron a la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos. El Centurión y los que con él guardaban a Jesús, viendo el terremoto y cuanto había sucedido, temieron sobremanera y se decían: -Verdaderamente, este era Hijo de Dios.”

             La Matraca podríamos definirla como un instrumento de percusión, encuadrada en el orden de los idiófonos, hecho de madera de haya, provista de un tablero con uno o varios mazos que al agitarlos golpean sobre el mismo produciendo un sonido característico.

 

            Según esté confeccionada, la Matraca recibe diversa denominación:

 Matraca de manos libres .............    Matraca

Matraca de tablas ..........................    Matraca, Tableta, Martinica

Matraca de aldabas .......................    Doblera, Matraca, Aldabas

Matraca de mazos .........................     De uno o varios mazos, uno o dos mangos o asas

Matraca de resonancia ..................   Tablero ahuecado  

Matraca de Campanario ................    Giratoria mediante manivela y formas diversas en cruz, pentagonal, octogonal, con mazos externos e internos.

Matraca de Manivela .....................    Sistema mixto en el que un eje de levas ataca varias lengüetas de madera elástica, provista de mazos que golpean sobre una tabla o en una caja de madera. Pueden ser de mano y si son muy grandes suelen colocarse en los Campanarios.

Tabletas o Martinicas ....................   Consisten en tres tablas unidas entre sí, la central provista de un mango y las otras unidas a esta por medio de unas cintas o tiras de cuero.

Dobleras..........................................    Tablas elípticas provistas de anillas que golpean sobre clavos remachados al agitarlas con violencia. También se confeccionan en hueso.

 

            En algunos pueblos y ciudades donde se realiza la “Función del Abajamiento”, “Desenclavo” o “Descendimiento” se hacen sonar las matracas como en el momento del terremoto en Tinieblas.

 

            El escritor aragonés Ramón J. Sender, describe a las matracas en su novela Réquiem por un Campesino Español:

           “En la bóveda del campanario había dos enormes cilindros de madera cubiertos de hileras de mazos. Al girar los cilindros, los mazos golpeaban sobre la madera hueca. Toda aquella maquinaria estaba encima de las campanas y tenía un eje empotrado en dos muros opuestos del campanario y engrasado con pez. Estas gigantescas matracas producían un "sonar de huesos agitados".

 

            La Cofradía del Santísimo Ecce-Homo, constituida en 1681 con motivo del redescubrimiento del Santo Ecce-Homo de la Parroquial de San Felipe y Santiago el Menor, confirmada por Bula de Nuestro Santo Padre Inocencio XI, de fecha 15 de Julio de 1682, y posteriormente en 20 de febrero de 1948 como Cofradía Penitencial, recogiendo la tradición de los Terceroles y Costaleros aragoneses, adoptó como expresión musical en sus procesiones y celebraciones semanasantistas la Matraca, habiendo ya cumplido más de medio siglo de continuidad en su labor de mantenimiento y expansión de esta tradición litúrgica.

            En contraposición a lo descrito en el Diccionario de la Lengua Española, en su voz “Matraca”, y en referencia a “sonido desapacible”, siempre hemos considerado que los toques de matraca, además de su claro significado en la Liturgia, eran música y como consecuencia pasamos a describir alguno de ellos.

 

Toque de tres por dos.- Su origen es el que se efectuaba, todavía vigente, en los Oficios de Jueves y Viernes Santo en el momento de la consagración y en el traslado del Santísimo bajo palio, hasta su colocación en el Monumento.

Toque de tres por uno.- Utilizado para acompasar el paso de los costaleros al llevar en alto las grandes y pesadas peanas, en andas, o como denominaban en su argot, al cargar madera.

Toque de siete.- Toque característico de la Cofradía, realizado con matracas de tres mazos, con objeto de diversificar los sonidos, realizado por un grupo pequeño, descansando el resto del grupo de matracas.

 

            Actualmente junto a la Cofradía del Santísimo Ecce-Homo de Zaragoza, son la Hermandad de Terceroles de Calatayud, Cofradía de Jesús atado a la Columna de Calamocha, Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad de Tarazona y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de la Verónica de Barbastro, las continuadoras de ésta hermosa tradición, en la esperanza de seguir abriendo camino a otros pueblos y ciudades.

            En los pueblos de Albalate del Arzobispo, Castelnou, Abiego y algunos otros se escuchan los sones de las matracas en las celebraciones de via crucis y estaciones penitenciales.

 

            En los campanarios de nuestras torres mudéjares y barrocas de éste nuestro Aragón, aún se conservan, desgraciadamente mudas, enormes matracas que pretendemos recuperar. Como muestra de lo mencionado, señalaremos la existencia y conservación en algunos campanarios, museos parroquiales y centros de interpretación: Parroquia de San Valero en Zaragoza, Samper de Calanda, Tauste, Alcalá de Moncayo, Roda de Isábena, Binéfar, Albella, Calamocha, Alagón, Miravete de la Sierra, Caspe, San Pablo de Zaragoza, Valderrobles, Albalate, Calanda, Alcorisa.

 

            Podríamos extendernos más ampliamente en el tema, pero consideramos suficiente lo expuesto hasta el momento, ya que el objetivo de esta comunicación es, no solamente dar a conocer el sonido de las matracas en la Semana Santa Aragonesa, sino contribuir a sacudir las conciencias de cara a la recuperación de nuestro acervo cultural y memoria histórica de nuestros mayores, haciendo un llamamiento a todas las Hermandades de España presentes en este V Congreso Nacional, con el ruego de comunicación de posibles usos en otras cofradías y pueblos.

 

            Como colofón, un pequeño canto a la Matraca:

            La Matraca en la Iglesia y en la Semana Santa, es Historia, Tradición y Rito.

            La Matraca es un quejido..., un lamento..., un grito.

            Es la Campana hecha madera.

            Es el aleluya trasformado en réquiem..., es la traducción de aquel alarido angustioso

            que lanzó la tierra entera, cuando Cristo Nuestro Señor expiró en la Cruz.

            La Matraca no anuncia, sino que llora, no convoca, sino que acoge.

            La Matraca más que un sonido, es un latigazo en el Alma.

 

            Surgió como pieza de recambio para sustituir el volteo de campanas, demasiado jubiloso para recordar la Muerte del Salvador. Nació como respuesta al gran interrogatorio que Dios hace a la Humanidad, cuando Cristo muere en la Cruz

 

 

 

 

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